La Voluntad de Dios Revelada

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La voluntad de Dios se revela de diversas maneras en nuestra vida y en las Escrituras. Para comprenderla, es esencial vivir con sabiduría, aprovechar cada oportunidad y discernir Su buena, perfecta y agradable voluntad.

Efesios 5:15 y el Contexto de Éfeso
Una de las principales diferencias entre el sabio y el necio es cómo utilizan el tiempo. Efesios 5:15 nos advierte a vivir prudentemente, redimiendo el tiempo y comprendiendo la voluntad del Señor. Pablo escribe a una iglesia inmersa en una cultura pagana, llamando a los creyentes a vivir de manera distinta, centrados en Cristo y en la sabiduría que proviene de Dios.

Romanos 12:1-2: La Importancia de Comprender
Muchas bendiciones del Reino de Dios no se disfrutan plenamente porque no se comprenden. Por ejemplo, alguien que no entiende la importancia de la adoración puede asistir, pero no aprovechar plenamente el momento. Sin embargo, incluso sin entenderlo completamente, la obediencia a la voluntad de Dios sigue siendo esencial.

A veces los acontecimientos de la vida parecen incomprensibles, pero debemos confiar y aprender de ellos. La comprensión de Romanos 12:2 está directamente vinculada a la práctica de lo enseñado en el versículo 1 y en los capítulos anteriores, especialmente el 11.

Las Tres Dimensiones de la Voluntad de Dios

1. Voluntad Soberana (o de Decreto)
   Se refiere al plan eterno e inmutable de Dios, que se cumple independientemente de la elección humana. Nada escapa a Su control. Efesios 1:11 dice que Dios “obra todas las cosas conforme al consejo de Su voluntad.”

2. Voluntad Moral
   Dios revela Su voluntad moral a través de las Escrituras, guiándonos sobre cómo vivir. Esta voluntad puede ser desobedecida por el hombre, pues implica nuestra responsabilidad de seguirla. Ejemplo: 1 Tesalonicenses 4:3 - “La voluntad de Dios es vuestra santificación: absteneos de la inmoralidad sexual.”

3. Voluntad de Mandato o Preceptiva
   Consiste en los mandamientos y preceptos que Dios dio a Su pueblo. A diferencia de la voluntad soberana, esta puede ser rechazada por el hombre. Deuteronomio 30:19 enfatiza la elección: “He puesto delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia.”

El Sacrificio Vivo y la Renovación de la Mente
El sacrificio vivo es una ofrenda de entrega total a Dios. En Levítico 1:9, las ofrendas quemadas tenían un “aroma agradable al Señor.” El sacrificio de Cristo en la cruz fue un aroma perfecto y dulce (Efesios 5:2).

Cuando vivimos para Dios, nuestra vida se convierte en un perfume agradable ante Él. ¿Se complace Dios al “oler” nuestra vida? Esta reflexión nos desafía sobre nuestro compromiso con Su voluntad. Quien realmente desea vivir la voluntad de Dios debe ofrecerse como sacrificio vivo (Romanos 12:1). Sin la renovación de la mente, no se experimenta la buena, perfecta y agradable voluntad de Dios.

La renovación de la mente ocurre mediante la enseñanza, pues solo así aprendemos a guardar todo lo que Jesús nos enseñó (Mateo 28:20). Este proceso transforma nuestro pensamiento y acciones, llevándonos a una vida alineada con los propósitos divinos.

Crucificar a Cristo Continuamente
¿Qué significa crucificar a Cristo continuamente? Es la idea equivocada de que Él debe morir repetidamente por nuestros pecados, cuando en realidad debemos morir al pecado. En lugar de buscar la redención repetida, debemos entender que Cristo ya realizó el sacrificio perfecto y definitivo (Hebreos 10:10-14).

La confesión también es esencial para la sanidad espiritual. Santiago 5:16 instruye: “Confesaos vuestras ofensas unos a otros y orad unos por otros, para que seáis sanados.” Incluso después del arrepentimiento y el perdón de Dios, la confesión puede ser necesaria para experimentar la restauración completa.

Buscar la voluntad de Dios requiere comprensión, obediencia y sabiduría. Cuando nos disponemos a conocer y seguir Su voluntad, experimentamos la plenitud de la vida cristiana y el cumplimiento de Sus propósitos.